sábado, 11 de diciembre de 2010

Mirar sin ver y dar sin regalar

Debo decir, para comenzar, que nada de lo que pueda yo escribir, ni las fotos, ni siquiera el video que está circulando con la vista aérea del desastre, va a permitirle conocer la magnitud de la tragedia del derrumbe en Calle Vieja, en el municipio de Bello (Antioquia). Sin embargo, siento la necesidad y la obligación moral de contarlo.


Mirar sin ver

Como escribía en uno de mis primeros artículos en este blog, no me gusta eso que algunos llaman "periodismo urbano" y menos el amarillismo, por eso no les voy a contar del niño de 4 años que se quedó huérfano a causa del derrumbe, ni de los niños damnificados que visitamos el día de las velitas.

No quiero contar eso, porque la razón por la cual debemos hacer nuestros aportes para los damnificados no debe ser la lástima, ni tampoco la caridad. Lo que nos debe tocar el alma en estos días de tragedia, es sobre todo el hecho de saber que los damnificados son personas como nosotros, que con sus más y sus menos son seres humanos con prioridades similares a las nuestras.

A todas las personas que me han preguntado sobre Calle Vieja, les he dicho lo mismo: "hay que ir". Para poder conocer la dimensión real de la situación, hay que ir hasta allá y ver la impresionante cantidad de tierra que sepultó la vida de tantas personas y que a otros los dejó sin nada.

Los medios de comunicación nos muestran una cara superficial de la situación, una mirada que es insuficiente y que busca apelar a nuestros sentimientos para que donemos, pero también para que les demos rating. Por eso nos quedamos con una mirada lastimera de la situación, una mirada que regala paliativos pero que en cuestión de semanas se olvida del tema y pasa la página. Una mirada fugaz que no construye nada en el tiempo y que es la responsable que de que este país no tenga cimientos fuertes, no solo bajo sus casas, sino también de las bases de su sociedad.


Dar sin regalar

Una de las cosas que más me impactó cuando llegué a Calle Vieja, fue ver que la loma y las viviendas del sector son como las de muchos otros sectores de Medellín: una loma no tan empinada, cercana al valle y con muchas casas hechas de ladrillo y concreto. Un barrio como en el que vive usted o como en el que vivo yo.

Nos hemos vuelto indolentes, porque estamos acostumbrados a ver que en Medellín hay casas de tabla y lata que parecen poder caerse en cualquier momento y cuando escuchamos "desastre" frecuentemente pensamos que es lógico que esas cosas pasen cuando las personas viven en esas condiciones.

Pero no, las cosas no podemos verlas así: esta era una loma como cualquier otra y las personas que allí murieron y que lo perdieron todo, son como usted y como yo. Ver eso, me hizo reflexionar muchísimo sobre la forma como vemos a los demás y como pensamos cuando vamos a "donar". Por ejemplo, quienes estaban clasificando la ropa, nos contaban que habían regalado cosas en muy mal estado e incluso ropa interior ¡usada! y yo pensaba ¿a quién creen que le están donando las cosas?

Pues déjeme yo le cuento: esas personas que perdieron todo, son seres humanos que tienen las mismas necesidades que usted. Piense: si usted quiere alimentarse, vestirse y asearse dignamente, ellos también; si usted quiere que sus hijos tengan juguetes y disfruten la infancia, ellos también, y claro, si usted quiere que su mascota se alimente y esté libre de enfermedades, por supuesto que ellos también.

La única cosa que nos diferencia de los damnificados, es que la casa no se nos vino abajo dejándonos solo con lo que teníamos puesto ¿entonces por qué somos tan mediocres para dar?

Yo lo invito a que deje de usar la palabra "caridad" o "donar" y comience a pensar más bien en "regalar" como lo hace con sus iguales. Piense en estas personas como en su familia, sus amigos y recuerde todas las veces que da un regalo fino solo para levantar su estatus. Y dese cuenta, finalmente, que ellos no requieren regalos finos, simplemente regalos dignos.


El tiempo es oro y también se regala

Otra muestra de nuestra indolencia con los damnificados es la forma como la mayoría de las personas "dona": hace una transferencia económica a una cuenta o en el mejor de los casos, lleva alguna donación material a un sitio de acopio.

Si bien ese tipo de aportes son absolutamente necesarios e indispensables, en mi opinión la caridad es una acción muchas veces hipócrita y mediocre, porque sirve para dejarle al donante la tranquilidad de haber dado, pero solo es un paliativo y no le cambia la situación al que recibe. Además, en muchos casos en Colombia, la caridad ha servido para que la gente se acostumbre a que todo se le debe regalar, lo que se ha convertido en uno de los peores cánceres de nuestra sociedad.

Sin embargo, opino que cuando se quiere ayudar a las personas el mejor regalo es el tiempo. Ir al sitio, estar con la gente, conocerla, compartir saberes y hacerle saber que no están solos a pesar del abandono del gobierno; untarse las manos recogiendo escombros, dobla ropa, charlar o jugar con los niños son regalos invaluables.

El tiempo y las acciones concretas en el lugar del desastre, son cosas muy caras para quien las da, porque aunque no se note, el tiempo es lo que más valoramos y con lo que más egoístas somos. Pero de la misma forma el apoyo y el acompañamiento son más valiosos para quien los recibeporque construyen el futuro, mientras las donaciones son paliativos muy necesarios pero que no trascienden el presente inmediato.

A veces somos tan poca cosa, que no creemos tener lo suficiente para regalar algo que valga la pena y nuestra comodidad es tan sumamente importante, que no contribuimos con cosas valiosas que todos tenemos a pesar de las carencias, como nuestro tiempo.


Las redes sociales

Debo agregar que agradezco enormemente a las redes sociales, responsables de que muchas personas hayamos asimilado que los damnificados son iguales a nosotros gracias a los casos de @CamaronDiaz en Calle Vieja y los padres de @JohnRestrepo en Bolombolo.

Es cierto que las redes sociales por sí mismas no hacen nada, es ciertísimo que hay muchas personas que solo las usan para hacer escándalo alrededor de alguna donación que hicieron y también es verdad que otras tantas solo donan por no quedar mal en Internet.

Pero según lo que he visto, son muchas las personas que honestamente se han tocado, porque las redes nos han permitido ver lo sucedido más allá del drama, el escándalo y el amarillismo de los medios de comunicación tradicionales. Tener contacto directo con la tragedia, nos permitió ver más allá de la lástima y comprender esta situación desde la amistad, como iguales.


EPÍLOGO

Si usted se sintió ofendido por este texto, permítame decirle que en cierto modo también es un regaño para mí y fruto de un aprendizaje muy reciente. Así que lo invito a que no ataque y más bien aprovechemos para aprender.

9 comentarios:

Leyner camilo dijo...

Muy bueno, tiene toda la razón

José Julián Ramírez dijo...

Es de los textos más apropiados en este tiempo que he visto, sólo cambiaría "enseñarle cosas" por "compartir saberes" para que quede 100% de mi gusto, pero como no se trató de darle gusto a nadie, sino de sensibilizarnos, muchas gracias.

Laura Caro dijo...

Juli, me encanta tu aporte porque me costó mucho escribir eso de "enseñarle cosas" justamente porque no encontraba la manera de expresar lo que quería decir exactamente. No se me había cruzado por la cabeza lo de "compartir saberes" pero ¡de eso se trata!

Muchas gracias por tu aporte y por contribuir a sensibilizarnos sobre el tema.

Un abracito

Marie Claire dijo...

Como lo hablamos esta semana, no se trata de dar de lo que sobra, se trata de dar de lo que se tiene! Y también el valioso tiempo, en que algunos creen que no pueden aportar nada y la vida misma les muestra que hay mucho más por hacer y dar.

diana dijo...

Wau! definitivamente cambiaste el panorama de lo que he sabido por medios, Laura, que bonito que nos regañes sutilmente, que en mi caso particular me motives a la accióny espero compartir parte de mi tiempo con estas personas.

gracias

Policromana dijo...

De lo mas sensato que he leído últimamente sobre las ayudas a los damnificados, me alegra saber que ellos dieron con personas como tú que puede regalarles un poco de tiempo y de amor, te envidio, me hubiera gustado estar allá, aunque no es tarde, espero poder ir. =D

Laura Caro dijo...

Maria,de acuerdo, todos tenemos algo que dar, empezando por el tiempo que es tan valioso.

Diana, me alegra que te animes a ir, de hecho hay personas que están yendo todos los días a ayudar a la zona y dicen que siempre hay algo para hacer.

Geral, muchas gracias, como tú misma dices, aún no es tarde! :)

Gracias a las tres por leer y comentar,

Laura

Lina Rouge dijo...

Laura felicitaciones, muchas veces el ser humano se siente impotente frente a tanto desastre y por eso se vuelve indolente.

Creo que además de mediocres para donar, nos volvemos perezosos creemos que esas cosas no nos pueden pasar a nosotros o a nuestros seres amados y por eso nos limitamos a un "que pesar" y una lágrima forzada frente a los noticieros.

En todo caso buena reflexión

Anónimo dijo...

ppp