lunes, 3 de septiembre de 2007

¿Por qué odio el "periodismo urbano"?

¿Qué es el periodismo urbano?Lo definiré según lo entiendo: es un pseudo género periodístico, que concibe como noticias en sí mismas las vivencias particulares de los individuos de la ciudad y que por medio de la narración de una historia particular, refleja y humaniza un problema general.

Hasta ahí todo va muy bien, esa definición romántica de la crónica y la narración se adapta perfectamente a este género que parece tan conmovedor y tan loable. ¿Entonces el pero es cuál?

El pero es que este producto tan bonito se convirtió en una peste, una lepra que se nos come lentamente el periodismo universitario, no porque esté mal que humanicemos las historias, que hablemos de la gente del común, ni que le pongamos rosto humano a las noticias, eso está muy bien.

Lo malo es que ni Pedro el de los mangos, ni Olga la del chance, ni Pipe el que vende dulces en los buses son la noticia. La noticia es la pobreza, el abandono estatal y la falta de solidaridad que los tiene allí, y a nuestros amados compañeros aprendices de periodistas se les olvida diariamente que hay que pasar de lo particular a lo general para que estos personajes sean protagonistas de un verdadero artículo periodístico y no de una sensacionalista, aunque conmovedora, historia de pobreza, hambre y abandono.

Es así como un día es Pedro el de los mangos, después es Gloria la de la remolacha y luego Lubincio el de la Habichuela asada con mazamorra, pero la historia parece ser la misma. Y lo malo, es que es contraproducente, porque los ciudadanos nos volvemos inmunes a la estrategia que debía conmover nuestros corazones porque la hemos escuchado tanto en diversos lugares y con nombres diferentes, que ya ni creemos en ella.

Amigos periodistas: hoy ante las dos personas que leen mi blog, confieso haber sucumbido ante las garras de la mediocridad que me hizo pensar que una historia bonita ya era por si sola periodismo, aunque careciera de investigación y de paso los invito a hacer historias con más profundidad, a mostrar las cifras, consultar a los profesionales para contextualizar y a darle una realidad a esa cara que nos muestran con cada artículo.

Tal vez así su trabajo toque no sólo nuestras fibras, también nuestras conciencias y así sepamos que hay problemas y que tal vez también puede haber soluciones.

Laura Camila Caro Salcedo