martes, 3 de agosto de 2010

El país que me tocó querer

País de mierda, una frase de cajón que se le sale a alguno porque ganó las elecciones el que no quería(mos), por los falsos positivos, por la gente que se muere en la puerta de los hospitales, por los taxistas, las carreteras, el tráfico y hasta por Jota Mario y Jorge Barón. Después de proferida ésta frase, por lo general viene otro que contesta con"a mi país no me le diga así" o "si hablamos mal de Colombia ¿cómo esperamos que hablen bien de nosotros afuera?", expresiones casi tan comunes como la que inicia la discusión.

Personalmente de un tiempo para acá lo único que se me ocurre cuando escucho semejantes cajonazos*, es emitir un suspiro, probablemente de decepción, pensando en que efectivamente éste país no está como para defenderlo.

Ésta es la parte del texto en la que algún lector frunce el ceño. Pero antes de que termine de pensar en la palabra "apátrida" déjeme le explico porque nuestro país es indefendible, depronto hasta se da cuenta de que el apátrida es usted.

Yo no defiendo a Colombia, porque pienso que ese concepto común que existe de éste país es indefendible. No podemos admitir que somos el país más feliz del mundo mientras millones de personas aquí padecen hambre y frío; ni asegurar que somos pujantes y "echaos pa' elante" en una sociedad gobernada por la corrupción y la cultura del atajo.

Por eso pienso que la manera más adecuada de querer esta patria en este momento de la historia es siendo consciente de que atravesamos por un momento complicado (muy complicado), mas no escondiendo los problemas con zalamería y patrioterismo.


Un concepto acomodado de país

Hablando de frases gastadas, hay otra que reza: aceptar el problema es el primer paso, la cual aplica perfectamente a la mayoría de los padecimientos, incluyendo una crisis de país. Lo que nos impide ver con claridad ese concepto de aceptar el problema aplicado a nosotros es que frecuentemente tenemos un concepto muy conveniente de "país", es decir, que nos asumimos como parte de él en la medida en que ésto nos convenga.

Es así como nos sentimos orgullosos cuando un colombiano gana algún premio internacional o triunfa en algún deporte, como nos limitamos a criticar al Estado por las decisiones políticas que nos afectan o como nos sentimos indignados cuando hablan mal de nosotros en el extranjero. En esta imagen de país, siempre hacemos parte de ese grupo de colombianos cálidos y pujantes que triunfan y rechazamos a esos que nos hacen quedar mal.

Ante esa línea delgada que en nuestro imaginario separa a "ellos" (los colombianos que hacen mal las leyes, los violentos, quienes cometen las infracciones) de "nosotros" (los colombianos 'de bien', los pujantes, los buenos ciudadanos), es muy difícil que alguien asuma esa posición de aceptar que se está enfermo. Pero lamento informarle estimado lector, que ese que "se porta mal" también es legítimamente colombiano y que usted para los demás, también está en ese grupo de "ellos".

Si repasamos el concepto de país (yo personalmente lo hice en Wikipedia), tendremos claro que técnicamente, en ese mismo concepto estamos incluidos todos, desde los que aguantan hambre en esos municipios que no conocemos ni por el nombre, pasando por usted y por mí y hasta el presidente, todos con nuestras respectivas embarradas. Bueno pero ¿para qué insistir en algo tan básico? Precisamente porque a la larga no es tan básico, desde que vivamos lavándonos las manos y jurando y perjurando que vivimos en el paraíso, lo que directamente nos obliga a ignorar que si "algunas" cosas no funcionan es porque todos los colombianos, inclusive usted y yo, tenemos un problema.

Entonces no me venga con que "los buenos somos más" ni con excusas mediocres para las carencias que tenemos. Haga el ejercicio, acepte que usted también tiene un gravísimo problema. Porque los problemas de Colombia son su problema, porque finalmente todo eso termina afectándolo de alguna forma y porque igual que cuando ríe y celebra, cuando éste país llora, usted también es Colombia.


Sobre soluciones

Teniendo claro ya que todos tenemos un problema, el tema de las soluciones aparece mucho más evidente de lo que podría pensarse. Es común que critiquemos a los gobernantes porque toman decisiones que solo le convienen a ellos, pero piense ¿en su pequeña escala usted también toma decisiones que solo le convienen a usted mismo? en la oficina, en la casa, hasta en la cocina y en el baño (claro, también hay que ahorrar agua) ¿usted piensa como ciudadano de un país?

Viéndolo desde esta perspectiva y multiplicándolo por las miles de personas que toman decisiones solo para sí mismos y sus familias, podemos ver claramente que así como los problemas, las soluciones tampoco dependen solo del gobierno, ni de los demás. Todos tenemos un poquito de problema y un poquito de solución en las manos.

Por eso NOS critico, por eso no defiendo a este país en el que yo también estoy, el cual a pesar de las cualidades que tanto resaltamos de su gente, no ha podido salir de la olla en estos 200 años.

Colombia NO es el país en el que me tocó vivir, si me quisiera ir ya hubiera buscado el modo. Colombia es el país que me tocó querer, porque acá nací y crecí y ese vínculo es tan irrompible (para mí) como el de la familia. A la familia uno no la escoge pero aprende a querer lo mejor de ella y luego se despeluca por hacer lo más que pueda para sacarla adelante.

Si a usted solo "le tocó nacer" o "le tocó vivir" en éste rincón del mundo, por favor ignore este post. Pero si como yo, se siente instado a quererlo, sea realista, ayude y no le sume peso a la carga.

Yo por mi parte, me niego a defender esta patria rota, a ignorar sus dolores y a esconder sus defectos, porque la quiero tanto que sería incapaz de seguir adelante a ciegas, ignorando que eso que yo llamo "Colombia" tiene mucha gente que pasa malos ratos por la pobreza, el hambre y la violencia, que son más largos y profundos que los pocos, superfluos y efímeros segundos de felicidad que nos dan los colombianos que triunfan.

Sólo así, viendo los problemas que tenemos y los errores individuales que sumo como ciudadana, puedo hacer algo por solucionarlos. Ahora sí, bien pueda, si quiere puede decirme "apátrida" por no decir que vivimos en el paraíso.


Epílogo

Todas esas cualidades que tiene Colombia, a saber: pujanza, alegría, honestidad, calidez, ganas de trabajar, hermosos paisajes, diversidad cultural y el largo etcétera que usted ya conoce, solo van a servir de algo el día que sean suficientes para salir de la olla. Mientras tanto son accesorios hermosos y herramientas individuales para los que salen adelante solos.

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*Cajonazo: acción o efecto de golpear con un cajón o en su defecto, de proferir una frase de cajón.

8 comentarios:

EGO dijo...

Excelente!!

VictorArias dijo...

Justo hace un rato leía un post de alguien[1] que vive en holanda y hace una comparativa entre holanda y españa. Dice el hombre que en holanda hay que pagar más impuestos y que todo es más caro, pero hay un mayor poder adquisitivo y muchísima mejor calidad de vida.

El artículo es buenísimo y se los recomiendo, me hace recordar una propuesta de Mockus (sin entrar en fanatismos) que decía aumentar los impuestos y todo el mundo armó un escándalo... pues al parecer en holanda funciona muy bien (claro, porque no hay corrupción).

Pero bueno la ley del atajo siempre, muy buen post para reflexionar =)

[1] http://pakore.blogspot.com/2010/08/impuestos-en-holanda.html

ABCamilo dijo...

Otra frase de cajón: "deja más preguntas que respuestas"... es decir, luego de leer este post me queda en la cabeza resolver si éste es "el país en que me tocó vivir" o si éste es "el país que me tocó querer".

Creo que en el fondo es lo segundo, pero en el fondo; entonces es cuando tiene uno que voltear a mirar la gente y los lugares que hacen parte de su vida para sentir algo de arraigo.

Supongo que el hecho de que este país duela tanto está ligado necesariamente con el quererlo.

VictorArias dijo...

Esto también me recuerda las palabras de jaime garzón en la universidad de cali...

Todo apunta solo a una cosa, cambiar nuestra mentalidad de raíz.

Anónimo dijo...

Me gusto que seas directa, no se acostumbra porque no nos gusta, por eso creo que tenemos tan buen humor, y a manotadas, para anestesiar el horror que puede producir atender a diario a nuestra tragedia a cuenta gotas.

Construir un país para todos, requiere que abordemos dos problemas: el primero, el decirnos las cosas de frente y asumirlas con madurez, es decir que escuchemos y que seamos capaces de seguir escuchando; que no nos dejemos de hablar porque alguien nos dice algo que no nos gusta, tratar de asumir la crítica y el segundo; confiar en el otro, lo que requiere del punto 1, porque para confiar y construir sociedad o país, necesitamos aceptar las diferencias, aceptar cambiar, generar acuerdos y cumplirlos. Claro el tema de la confianza es muy amplio, pero en principio tenemos que tener voluntad de escucharnos.

Bueno etc, etc

Belmar Santanilla dijo...

Los Colombianos, grandes expertos en hacer valer y defender sus derechos. Pero ¿Donde quedaron los deberes como ciudadanos?

Muy buen Post.

Merce dijo...

Así me siento. Colombia es un país inviable, invivible. La gente anestesiada, los corruptos haciendo fiesta. La gente cada vez más pobre, los profesionales cada vez ganando menos pero los congresistas ganan más y hacen menos. Es decepcionante este país, yo por eso no lo defiendo, no hay nada qué defender. Lo más corrupto, la ignorancia, la impunidad, todo lo malo vive aquí. Que mal que sólo unos pocos seamos sinceros, éticos. Y lo peor e irónico,es que como uno es colombiano, no puede emigrar.

Átomo dijo...

Me parce muy valiosa la reflexión que hace en el epílogo. Es necesario hacer de Colombia un país mejor, en el que uno por lo menos pueda tener la esperanza de irse...

Bueno, ya en serio, lo difícil de construir un país mejor es que a la mayoría no e interesa, y a los nos interesa nos consume la impotencia cada que pasan unas elecciones.

Pero la cuestión estriba en qué tan capaces somos de soñar y exigir que esos sueños se cumplan. E insistir, hasta que así sea.

Gran post, Lura, saludos,

Tomáz.