Considero oportuno un análisis del fenómeno de la llamada Ola Verde, suficiente tiempo después de las elecciones presidenciales, como para que se haya enfriado, y suficiente tiempo antes de las elecciones regionales, como para que no se haya vuelto a calentar.
Estoy de acuerdo en que la Ola Verde fue un gran fenómeno electoral, centro de una controversia igual de grande: si el movimiento era tan masivo ¿por qué no se vio reflejado en los resultados electorales? Por poner un caso, Mockus tenía en Facebook más de 800.000 fans mientras Santos llegó en su mejor momento a 500.000. Sin embargo, los resultados de las elecciones (como todos sabemos) no reflejaron esa proporción.
Desde mi punto de vista el error de los medios de comunicación, fue tomar a las redes sociales como una masa representativa de la sociedad cuando realmente NO lo eran. La dinámica de la web en Colombia ocurre en pequeños grupos sociales que pertenecen a ciertos niveles económicos, sociales, académicos y profesionales que NO son asimilables a toda la sociedad colombiana.
En Colombia existían alrededor de 11 millones de personas en Facebook a noviembre de 2010, mientras el censo electoral era de casi 30 millones. Si a eso le recortamos los usuarios repetidos, falsos, los inactivos y los menores de edad, tendremos que reconocer que mucho menos de una tercera parte de los colombianos que votan, estaban representados en las cifras de las redes sociales.
Actualmente se dice que Santos ganó gracias a que endureció su estrategia de redes sociales, una falacia. Si esto fuera así ¿por qué no aumentaron sus seguidores en Twitter ni sus fans en Facebook? ¿Por qué en cambio ganó las elecciones con tanta diferencia? Yo creo que la conclusión de los medios fue errada: la estrategia de Santos no funcionó, ni la Ola Verde estaba formada por menores de edad, simplemente el fenómeno fue inflado.
Lo que sí es cierto, es que hay un fenómeno muy interesante que considerar allí, que si bien no es definitivo ni decisorio para nuestro país, tiene el potencial para llegar a serlo.
Además hay algo adicional que vale la pena analizar: la Ola Verde fue un movimiento sumamente emocional, a veces carente de argumentos (para mi pesar). Una pregunta que vendría al caso sería: ¿esto se debe al hecho de que este movimiento surgiera de la inmediatez de las redes?, probablemente sí.
Con miras a las elecciones regionales
Este texto, pretende ser un llamado de atención para el Partido Verde, para los votantes y para los medios de comunicación masivos. No podemos permitirnos como ciudadanos caer nuevamente en la inflación de los datos de las redes sociales, no podemos como votantes decidir ni opinar según las opiniones de los analistas contratados por los medios de comunicación, sin analizar a fondo.
Y finalmente, no podemos como Partido Verde, permitir que la emotividad y el carácter masivo de las redes sociales nos lleve por un camino sin argumentos, cuando efectivamente los tenemos y es justamente en estos medios donde podemos compartirlos y alimentarlos.
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