La pregunta obligada de hoy en Colombia es: ¿estuviste en la marcha por la libertad? He evitado responder y evadido a quienes me preguntan, así como evité la marcha y todos los canales en los que la presentaron, puesto que es un asunto que francamente me indispone.
En primer lugar, porque es ponerse la camiseta por una causa a riesgo de regalar esa voluntad al gobierno de turno aunque no se esté de acuerdo con él. Como lo dice mi hermano: "marchar es uniformar el pensamiento" y creer que todos estamos de acuerdo por unanimidad con la situación política que gira en torno al tema de los secuestrados.
En segundo lugar, es un tema que me indispone porque me demuestra lo mediáticos que somos los colombianos y las salidas facilistas que tenemos a los problemas.
Sí, marchar es una salida facilista de un pueblo poco crítico. De una sociedad que cree que su mayor problema es tener 3200 secuestrados y miles de desaparecidos, cuando hay otros miles de personas muriéndose de hambre o muriendo en las filas para recibir servicios de salud. Mientras hay miles de niños entregando su futuro a los grupos armados ilegales por física ignorancia, y miles de niñas siguen trayendo al mundo bebés en medio de la pobreza.
Duele decirlo, pero somos un país ignorante que no es conciente de sus problemas porque los medios y el gobierno de turno nos vendieron la idea de que nuestro mayor problema son los secuestrados por quienes no podemos hacer más que marchar y esperar que ocurra otro milagro mediático.
Y duele aún más, decir que somos un país facilista que marcha porque le sale más cómodo y barato que contribuir a la educación y alimentación de los niños, tener ética profesional y ser críticos, que son los problemas más grandes que tiene este país, los que más matan y los que tienen a más personas viviendo un infierno increíble para muchos.
Por eso no fui a marchar...
domingo, 20 de julio de 2008
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