De hecho, a veces me causa gracia ver cómo algunos interpretan cuadros que para mí son mamarrachos y desbordan en elogios o críticas, según sea el caso, evaluando cosas que desde mi mirada no tienen sentido. Pero el cuento es que aunque no tengan sentido, la mayoría de las veces sí tienen valor y simplemente admiro su belleza, aunque no las comprenda.
Toda la introducción es para explicar que lo que viene a continuación es la posición de una persona que NO sabe de arte, pero que igual, quiere proponer una reflexión.
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¿El arte debe tener una función educativa? No creo.
Precisamente ese misticismo de encontrar hermoso algo que no se comprende, tiene una magia que solo puede provenir de la mano de los artistas. Como bien exponía Pascual Gaviria, uno de los ponentes del debate: el artista es una persona que en su introspección y reflexión más íntima ofrece sus obras al mundo, sin pensar si educan o no.
Eventualmente, si algún artista se siente en la responsabilidad de educar o de invitar a la reflexión para la construcción de un mundo mejor desde su trabajo, me parece maravilloso, pero pienso que eso de asumir roles transformadores no es intrínseco a nada, ni a nadie, sea cual sea su oficio.
Pero si trascendemos ésta reflexión a otros oficios, ninguno de ellos, pienso yo, salvo aquellos que lo llevan en su esencia (como la educación, por ejemplo), tienen en la obligación de comprometer a las personas en un papel activo para la transformación de la sociedad.
Yo estudié Comunicación Social y me siento llamada a participar en el proceso para que las personas que están a mi alrededor puedan vivir en un mejor mundo, lo cual de por sí siento que me queda grande, pero no creo tener la autoridad para afirmar que todos mis colegas tengan esa misma obligación.
Obligación tenemos todos de hacer bien nuestro trabajo, de ser buenos ciudadanos, de cumplir algunas normas básicas de convivencia y de respetar a los demás, lo cual todavía sigue siendo difícil para la mayoría de las personas. Pero pasar de ahí a ocupar papeles de transformación, me parece demasiado exigente e incluso, diría yo, castrante, si pensamos que hay obras y acciones interesantes y valiosas que no nacen del interés por cambiar el mundo.
Más interesante sería que aquellas personas que defienden la obligatoriedad de esos roles, desempeñaran sus loables labores con tal vehemencia y rectitud, que logren inspirar a los demás, en lugar de plantearles la obligación.
6 comentarios:
Esa noche ganaron el debate quienes apelan a la función social del arte.
Comparto tu opinión y creo que Pascual bien acudió al término "arte comprometido" al hacer referencia a quienes hacen de su obra un vehículo de difusión de ideas institucionales.
Es más, sin que esté del todo de acuerdo con una privación elitista del arte y la cultura, no hay que dejar de lado el asunto de las "industrias culturales", la "la cultura de masas" y lo que de ahí se deriva.
No supe del debate, pero conozco el blog de Pascual que me gusta mucho. Yo sí soy artista y estoy de acuerdo contigo... ahora parece exigírsele la multitarea a todo, el cumplir dos y tres funciones para una sola propuesta... esto de ser eficientes y eficaces nos tiene a todos del pelo... cuando las cosas, como dices, pueden tener valor en su simpleza... en no pretender. El arte con ser ya cumple. Lo que tenga de bueno o malo no está asociado a ninguna función por fuera del objetivo simple de existir...
Soledad,
Muchas gracias por tu comentario, te confieso que este ha sido uno de los post más arriesgados y que menos he mostrado de mi blog, precisamente porque habla de un tema que no domino. Por la misma razón, es muy valioso tu comentario.
Me gustó especialmente la parte de "El arte con ser ya cumple. Lo que tenga de bueno o malo no está asociado a ninguna función por fuera del objetivo simple de existir..." porque expresa de algún modo el sentimiento central que inspiró estas palabras.
Lala
Sí vi que decías que de eso no sabías, y me parece que lo tienes claro! :D bien puedes publícalo por todas partes!
Llegaste "tarde" a la breve discusión sobre el tema en Twitter, pero no está de más aclararla (y continuarla) por aquí:
Yo tampoco soy artista, ni sé de arte, pero me gusta y he tenido varios acercamientos a él. Te comparto una conversación que se convirtió en el mayor aprendizaje que recibí sobre "el arte" de una amiga artista italiana: "-¿No comprendes? -No. -¿Te gusta? -Sí, mucho. -Nada más importa".
Para mí el arte es social, toda vez que cuenta con una audiencia. Sin embargo, tendríamos que identificar muy claramente las diferencias entre arte, comunicación, estética, ética, información, propaganda, diseño... seguramente con eso ya tendríamos buena parte del camino de esta conversación recorrido.
¡Qué montón de ideas me llegan a la mente! Las retengo, sin embargo, porque como tú, no soy artista. Pero qué va, tampoco somos filósofos, pero podemos filosofar.
En lo que convenimos es en que esa obligatoriedad no tiene ningún piso. Creo profundamente en el arte para el cambio de la sociedad, pero reconozco que no es la única opción para un artista.
Abrazos,
DaniUP.
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